Nunca había temido a la muerte porque nunca había pensado en ella.
En alguna parte de mi interior albergaba la esperanza de tener siempre 15 años, pero ahora pasa el tiempo y me doy cuenta de que no es así. Me paro a pensar en toda esa gente que a los 16 años se les ha acabado la vida y me duele, me duele pensar que ellos no van a tener un minuto más para despedirse y me doy cuenta de la cantidad de minutos que yo he desperdiciado en tonterías, la vida es corta, y nos la pueden quietar en cualquier momento, me da miedo que mi hora llegue demasiado pronto pero todavía me da más miedo que llegue ese momento y no haber hecho todo lo que quería, haber dejado cosas por vivir o palabras por decir.
Siempre me han dicho que la vida son dos días, pero nunca me había dado realmente cuenta de la razón que conlleva esa frase. Quiero vivir sin arrepentirme de ninguno de los segundo vividos quiero que cuando llegue el ultimo momento de mi vida poder afrontarlo sonriendo y sabiendo que no me queda nada que ofrecerle a esta vida. Daría todos esos segundos desperdiciados a la gente que no los ha tenido porque considero verdaderamente importante morir sabiendo que no te a quedado nada por hacer.
Hoy admito que por primera vez me he dado cuenta de que le tengo miedo a la muerte.
Y le tengo miedo porque se que no he hecho todo lo que quiero en esta vida.
Hoy empiezo a vivir cada milésima de segundo que tenga.
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