La música llena vidas. Una de esas vidas es la mía, es tontalmente increíble ver como una sucesión de tres notas, un acorde o una melodía nos da fuerzas. Dudo que alguien pudiese vivir sin música. Cuando la gente me pregunta como puedo estar 4 horas tocando un viernes sin parar y no cansarme, yo respondo que ellos no saben lo que es estar en un escenario delante de todo tu pueblo haciendo la mejor actuación de tu vida, viendo como la gente no para de aplaudir y tu sientes esa emoción en tu corazón de ver que acabas de hacer algo que sin duda no olvidaras. Darte cuenta de que esa misma canción, que ha conseguido levantar a todo el pueblo y hacer que aplaudan durante 5 minutos, hacía tan solo 3 horas había salido fatal y ya pensabas que iba a ser un desastre, te das cuenta de que te has equivocado, te entran ganas de llorar solo de ver lo que 45 jóvenes han conseguido hacer, cada uno con su pequeño o gran instrumento, pero todos juntos, todos unidos en una sola banda. Pensar que solo llevo 2 años formando parte de esta gran familia y ya sé que jamás olvidare lo que hicimos juntos.
Si ya es increíble escuchar música, imaginaros lo que es coger un saxofón y ponerse a tocar, cerrar los ojos y sentir que todo esta bien.
He recorrido 1785 km en autobús (30 horas) para levantarme las 8 de la mañana y estar tocando casi 5 horas cada día durante 11 días de Julio, y os puedo asegurar que fueron las mejores semanas de mi vida.
La música consiguió llenarme la vida, y lo sigue haciendo , y es algo maravilloso que todo el mundo debería sentir alguna vez.
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